Tradiciones culturales

Cocina mallorquina

Fruto de una compleja historia de llegadas, partidas y dominios de antiguas civilizaciones, la gastronomía de los pueblos de Mallorca recoge las tradiciones de todas las culturas que han conformado su personalidad.

Probablemente precisamente por eso, la variedad es uno de sus rasgos característicos.
La cocina de Calvià ha sido un proceso de cocción lenta, por lo que sus platos tienen el poder de evocarnos el sabor del trabajo bien hecho.

La zona está repleta de restaurantes en los que degustar los más exquisitos ejemplos de la cocina mallorquina. Las «sopas mallorquinas» son uno de los platos más populares, tanto si se opta por el pescado, la carne o el versión estofada. También están los típicas «sopes» mallorquinas, que son más sólidas, más secas y contienen verduras, col y rebanadas de pan.

En cuanto a los platos a base de carne, uno de los más típicos es el cochinillo asado, siendo igualmente populares el cordero o el pavo (utilizado para un guiso llamado «escaldums»).

Otro plato familiar en las cocinas mallorquinas es el «frit mallorquí», hecho con asadura de cordero, patatas y cebollas. Un plato más elaborado es el lomo de cerdo con col, pero los caracoles también son una opción muy popular.

La «sobrasada», un embutido suave de color anaranjado, se elabora exclusivamente en Baleares. En esta categoría de carnes frías también encontramos el «botifarró» y el «camaiot».

En nuestra cocina también abundan los platos a base de arroz. El «Arròs brut» es uno de los más tradicionales, un plato de arroz caldoso con verduras y carne. El suave sabor a pimienta negra también es típico de la cocina mallorquina.

En cuanto a las verduras, la estrella es el «tumbet», un pan frito de patatas y berenjenas con pimientos y salsa de tomate.

El «Trempó» es otro plato clásico de verduras, pero éste se come frío. Las berenjenas, un personaje recurrente en las cocinas mallorquinas, también se comen a menudo, rellenas de carne o pescado y asadas al horno.